La receta de Fidel y la franquicia cubana.
Por Emir Moros
Una de mis mayores obsesiones en los últimos años ha sido entender la estrategia del chavismo para tomar el poder en Venezuela con la ayuda de Cuba y mantenerse en el poder a pesar de la destrucción de la economía y de la industria petrolera venezolana. Ello me ha llevado a buscar información en libros, artículos, entrevistas y documentales etc. En mi búsqueda encontré un libro y una entrevista que considero aportan buenos elementos para entender la estrategia chavista. El libro se llama “La franquicia cubana, una dictadura científica” de Eduardo hurtado, que abordaré en un próximo artículo, y otro es una entrevista al General Guaicaipuro Lameda, que podría llamar “la receta de Fidel”. Ambos escritores por diferentes caminos llegan a presentar lo que puede denominarse la estrategia para la perpetuación en el poder del chavismo, que puede verse como una receta y a la vez como una franquicia.
La experiencia de Cuba durante más de 60 años de una férrea dictadura le ha permitido a ese gobierno acumular conocimiento sobre lo que denomino la ingeniería social, que es esencialmente la manera de influir en las actitudes, relaciones y/o acciones sociales en la población de un país o región y de alguna manera de implementar o aproximar programas de modificaciones sociales, todo ello llevado a cabo luego del entendimiento y aprendizaje de la psiquis humana y su funcionamiento en sociedad. El gobierno cubano logro luego de muchas prácticas, ensayos y errores, modificar la conducta de su pueblo al implementar formas de manipulación, control y mecanismos para doblegar la mente del ser humano y destruir su espíritu de lucha. Cuba posee es una maquinaria ideológica poco conocida pero tremendamente efectiva y muy poderosa. Los que la conocen la describen como una especie de super ministerio, al que el gobierno cubano otorga millones y millones de dólares al año y que ha representada la garantía para la continuidad de este nefasto gobierno.
Es importante hacer referencia la experiencia y vivencias del General Lameda, quien fuera presidente de PDVSA por un breve período de tiempo; compartida en una entrevista a la periodista Carla Angola. Lameda comenta a Angola que durante su tiempo en el gobierno participó en reuniones del más alto nivel donde se planificó el futuro del país y donde se definieron las estrategias para mantenerse en el poder. Es vital hacer referencia a una conversación entre el General Lameda y el Ministro de Planificación, Jorge Giordani durante un consejo de ministros. Esta conversación, aunque fue divulgada en algunos medios de comunicación no recibió ni el mérito ni la difusión que debía tener por la gravedad de sus planteamientos y por la importancia para entender la actual realidad venezolana. La brutal confesión del ministro Giordani sobre la estrategia para producir la transformación en el venezolano, definir cómo debe pensar el venezolano y como debe comportarse en términos económico, políticos y de organización social, es realmente impactante. La estrategia del gobierno chavista era muy sencilla, el empobrecimiento colectivo del pueblo venezolano como un medio de dominación política. Una estrategia a ser implementada en por lo menos en 30 años a través de tres generaciones, el objetivo final lograr en el venezolano el síndrome de indefensión aprendida, que no es más que la resignación a la pobreza y el abandono de la lucha por la libertad, el progreso, la familia y la vida. En tres generaciones, el chavismo pretendía lograr una Venezuela idéntica a la Cuba de Fidel. El trabajo más difícil era con la población de adulta que tenía valores arraigados tanto de ciudadanía como de familia, cierto conocimiento político y sobre todo la vivencia de la democracia de la cuarta república. Ese grupo era el más difícil de adoctrinar y de capturar y el que mayor resistencia presentaría al cambio. El segundo grupo era el de los jóvenes, a los cuales había que adoctrinar a través de las escuelas, liceos y universidades para alienarlos con el pensamiento de izquierda y luego integrarlos a las misiones creadas por el gobierno. Este grupo simplemente se acostumbraría a vivir en revolución por su capacidad de adaptación al cambio. El tercer grupo era el más sencillo de capturar ya que eran los niños al inicio de la revolución venezolana que fueron creciendo a la luz de los mensajes en radio y televisión sobre las bondades el chavismo. A este grupo había que mostrarle repetidamente todo lo que la revolución había hecho por el pueblo. Este grupo aprendería en la escuela como ser un revolucionario.
Este trabajo de más de 20 años rindió sus frutos ya que cada día el venezolano tiene menos fuerza y ánimo de luchar y oponerse a este nefasto sistema y hoy vemos con cierta normalidad a las personas haciendo colas interminables para comprar comida y en este momento horas y horas para comprar gasolina. Esta victoria del chavismo es en realidad una victoria de Fidel Castro, que se resume en una victoria en una lucha cultural, Cuba logró sembrar en la mente de los venezolanos la revolución, tantas mentiras escuchadas a diario, tantos mensajes subliminales y tantos mensajes directos, tanta tortura y tanta represión sobre el pueblo logró cambiar la forma en que muchos venezolanos piensan, sus valores y sus actitudes. El pensamiento de hoy día es como sobrevivir un día, como poder comer, siendo cada día menos importante el ideal de poder ser libre.
El general Lameda relata que al entrar al gobierno viajó a Cuba y durante cinco días recibió una inducción revolucionaria, que el definió como los ingredientes de la receta para mantener el poder en Venezuela. A continuación, presento estos ingredientes que recibió el General Lameda en Cuba y que el General compartió con Carla Angola:
Ingrediente N° 1:
“Al que no le guste la revolución, que se vaya”. Hágale la vida tan difícil en el país a los venezolanos que estos quieran irse, eso sí déjelo salir. Hoy Venezuela tiene casi 6 millones de venezolanos viviendo en el exterior, huyeron de la revolución, huyendo de una crisis humanitaria de dimensiones incalculables.
Ingrediente N° 2:
“A la gente hay que mantenerla ocupada, aunque sea buscando comida. Mientras buscan cubrir sus necesidades básicas, manténgalos presionados con los cuerpos de seguridad e inteligencia para que no murmuren y sientan temor”. El venezolano de hoy pierde una gran cantidad de horas al día para tratar de satisfacer sus necesidades básicas, necesita horas para comprar comida, horas para echar gasolina, horas para resolver problemas en un banco, en síntesis, el día a día de un venezolano es emplear su tiempo resolviendo problemas que en un país normal podría resolver en minutos.
Ingrediente N° 3:
“El gobierno de Venezuela tiene que calcular los recursos que necesita para satisfacer las necesidades básicas de la población. El resto de la renta petrolera estorba, y hay que quemarlo de alguna manera”. La corrupción fue la gran oportunidad para quemar ese dinero extra, así se usó ese dinero para comprar y comprometer a los adeptos al proceso y a líderes de la oposición. Quemar la renta petrolera no fue sólo utilizarla mal si no también estimular el robo de la misma. A través de este robo a manos de funcionarios del gobierno se logró una lealtad absoluta y un mecanismo de extorsión, ya que si el funcionario en algún momento pretende alejarse de la revolución el gobierno posee las pruebas para manchar su nombre y enviarlo a la cárcel.
Ingrediente N° 4:
“Asegúrese un enemigo creíble y poderoso, si no lo tiene CREELO”. Toda revolución necesita un enemigo y en el caso América Latina el enemigo ha sido siempre el imperio norteamericano. Chávez y maduro utilizan a los Estados Unidos diariamente para infundir miedo, para justificar el hambre, la necesidad del pueblo y como un instrumento para aglutinar a la población en la defensa de la patria.
Ingrediente N° 5:
“Mantenga a los pobres en su pobreza, pero con esperanza, permitiendo el ascenso de algunos. Dosifíqueles lo que les da y haga mucha propaganda”. Programas como la misión vivienda Venezuela y mi casa bien equipada generaron una gran esperanza en las personas que no poseían vivienda y que no tenían los recursos para comprar los enseres para equipar su casa. A través de estos programas millones de personas aun cuando no creía en la revolución la apoyaban, esperando el momento de recibir ese supuesto beneficio. Por supuesto, siempre fue un beneficio condicionado al apoyo de estas personas a la revolución ya que en el momento que manifestaban estar en desacuerdo con el gobierno eran expulsados de la casa y perdían los pocos beneficios que recibían del gobierno.
Ingrediente N° 6:
“Ponga a los líderes y analistas de oposición a que le haga la mitad del trabajo”. Venezuela lamentablemente no tienen una verdadera oposición si no una cantidad de líderes comprometidos con el gobierno bien sea por los secretos que poseen sobre ellos o por haber recibido dinero por su silencio, por información o por sabotear todos los intentos de unificar a la oposición. Ha sido imposible unificar a la oposición.
Ingrediente N° 7:
“Establezca una economía dual en paralelo. Los pobres quedan dominados y los otros buscarán irse”. El gobierno dividió y creo una economía para los pobres, que reciben las migajas que otorga el gobierno y una economía para el resto de la población que es cada día más cara y de más difícil acceso. En 20 años la clase media desapareció en Venezuela y la clase alta se empobreció.
Ingrediente N° 8:
“Infunda terror en dos vías: a los chavistas el temor a perder lo que el gobierno les da, les permite o les ofrece, y a los opositores que tengan mucho miedo a manifestar o pronunciarse contra el gobierno y perder lo poco que les queda, incluyendo la libertad y la vida. El gobierno ha sido muy efectivo en generar terror tanto en los pocos chavistas que quedan como al resto de la población. A los chavistas se les hace creer que de caer el gobierno ellos perderán todos los supuestos los beneficios que actualmente poseen, por ejemplo, las bolsas de comida (CLAP) cada día más escasa y otros planes de apoyo a la población. El terror a los opositores es realizado a través de los colectivos, el FAES, la policía y demás fuerzas represivas a las que se le ha dado patente de corso para robar, extorsionar y encarcelar a inocentes. El gobierno utiliza todos estos mecanismos para evitar el pueblo se manifieste y luche por sus derechos. Todos los días conocemos de luchadores encarcelados y asesinados a manos del régimen.
Ingrediente N° 9:
“Sea muy permisivo para que se hagan cosas fuera de la ley; y haga que sea muy difícil hacerlo dentro del marco de la ley. Así forzará a que las cosas se hagan fuera de la ley y mantendrá a la gente amarrada, comprometida, dominada e inhabilitada”. El gobierno ha destruido instituciones y complicado todas las gestiones de la vida diaria de un ser humano. De esta manera hace que la población pierda su tiempo resolviendo el día a día y por otro genera una trama de corrupción a través de gestores. De esta forma resulta más fácil tratar de resolver los problemas de la vida diaria fuera del marco de la ley, debilitándola. La idea era fue destruir el marco legal normativo volviendo lo ilegal en lo cotidiano, lo que permite que el gobierno pueda actuar impunemente sin preocupación ya que no existe un marco de derecho real.
Para finalizar debo citar literalmente una fragmento de la conversación del General Lameda con el ministro Giordani con fue comentada por Lameda a Carla Angola.
Estando allí, Giordani me pregunta que de qué se trataba lo que yo le quería informar al presidente Chávez y le respondí en los siguientes términos:
“La proyección plurianual a 5 años nos indica que no vamos a tener crecimiento, será negativo, el déficit fiscal será creciente. Vamos a tener serias necesidades de endeudamiento, ya que se está perdiendo el control sobre el gasto del Gobierno bajo excusas populistas. El Gobierno no está ahorrando en el FIEM, gasta todo y engañamos al hablar de una economía creciente. Para que eso ocurra, deberían estarse construyendo galpones, edificios y toda la infraestructura que requiere la producción, y eso no existe. Si es verdad que queremos acabar con la pobreza, es imprescindible que se genere riqueza y que se diseñen mecanismos adecuados para que su distribución sea justa y equitativa, y eso tampoco lo veo”.
Allí Giordani me interrumpió y me dijo: “Mire, General, usted todavía no ha comprendido la revolución. Se lo explico: Esta revolución se propone hacer un cambio cultural en el país, cambiarle a la gente la forma de pensar y de vivir, y esos cambios sólo se pueden hacer desde el poder. Así que lo primero es mantenerse en el poder para hacer el cambio. El piso político nos lo da la gente pobre: ellos son los que votan por nosotros, por eso el discurso de la defensa de los pobres. Así que, LOS POBRES TENDRÁN QUE SEGUIR SIENDO POBRES, LOS NECESITAMOS ASÍ, hasta que logremos hacer la transformación cultural. Luego podremos hablar de economía de generación y de distribución de riqueza. Entretanto, hay que mantenerlos pobres y con esperanza”.
Allí yo lo interrumpí y le pregunté: “Ya que usted dice ‘luego’, dígame cuánto tiempo cree usted que tomará hacer ese cambio”. La respuesta fue inmediata: “Mire, se trata de un cambio cultural y eso toma al menos tres generaciones: los adultos se resisten y se aferran al pasado; los jóvenes la viven y se acostumbran, y los niños la aprenden y la hacen suya. Toma por lo menos 30 años”.
Mi respuesta no se hizo esperar:
“Usted me está diciendo que esta revolución deliberadamente condena a los pobres a que vivan en la pobreza sólo para que ustedes se mantengan en el poder mientras intentan que la gente piense como ustedes creen que deben pensar. Si es así, USTEDES SON UNOS HIJOS DE PUTA Y YO CON HIJOS DE PUTA NO TRABAJO”.
Giordani se molestó y me dijo: “¡No sea usted tan grosero!“. Se levantó de su silla y entró al despacho del presidente Chávez.
Este intercambio entre Lameda y Giordani y la recete que recibió Lameda en Cuba pueden permitir entender la gestión del gobierno chavista durante estos 20 años. Durante mucho tiempo tuve la duda sobre la explicación de la pésima gestión del gobierno, si los errores, las decisiones, las posiciones y actuaciones se debían a brutalidad, ignorancia, o desconocimiento por parte de los ministros y del mismo dictador. Me parecía insólito que cometieran tantos errores, tan graves y tan seguidos en las decisiones en materia económica y financiera. Hoy puedo afirmar que no eran errores, no eran malas decisiones, todo estaba fríamente calculado desde Cuba. Todo estaba planificado desde un comienzo, el proyecto necesitaba destruir la economía para llevar a todo el pueblo a la pobreza y poder controlarlo garantizando perpetuarse en el poder. Es la lógica del mal, de la perversión, de la mediocridad, destruir para garantizar seguir en el poder para siempre.
Dr. Emir Moros Adams